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Mostrando entradas de 2020

«Él tiene más paciencia»

«Él tiene más paciencia», dijo la madre a jornada completa.  Hoy volví a escucharlo. «Él tiene más paciencia». Qué casualidad: este comentario siempre lo sueltan las madres 'full time', esas que no trabajan fuera de casa y se dedican «solo» a la crianza. Hablan de sus maridos, de sus parejas. Al parecer ellos tienen más paciencia con sus hijas e hijos. Ajá. Se me ocurre que es más fácil ser paciente cuando has tenido tu cuerpo y tu mente para ti durante unas horas. Cuando todo tu ser, físico e inmaterial, no ha estado a plena disposición de otra persona que depende de ti. Cuando no has tenido que atender demandas continuas de una o más niñas durante todo el día. Es más fácil tomarlo con calma cuando no has tenido que limpiar un culo mientras haces comidas y coladas, vigilando que el perro no meta el morro en el orinal —sí, tenemos un perro comemierda—. Y, por supuesto, intentando mantener algo de paz visual a lo 'KonMari' recogiendo juguetes y eliminando pegotes del mob

Seis años, tres años

Jiribilla cumplió en agosto. Los cumplimos: yo, seis años de madre; ella, seis años de vida, de hija, de nieta, sobrina, de hermana futura y presente, de amiga, exploradora, inventora, reina, bailarina, dinosaurio, narradora... Más de un lustro. Sin embargo, cuando evoco esos primeros días parece que realmente fue ayer. Su pequeñísimo tamaño en mis brazos, su olor, el chute de oxitocina, el amor desmesurado, la brutal fascinación por esa criatura... Durante las tetadas interminables la miraba, la contemplaba, nunca me cansaba de observarla, de hacerle fotos, deseando con toda mi alma que nunca se destetara. Ahora sé que lo que quería era que esa sensación no terminara nunca, con o sin teta. La sensación de plenitud, de corazón desbordante, de «esta pasión no me cabe dentro». Por supuesto, la teta acabó. En concreto, terminó este año, durante el confinamiento, con poco más de cinco años y medio. Ya llevaba un tiempo tomando muy poco, pedía una vez a la semana, o cada dos.  Con Jiribilla