¡Feliz Día del Libro!
No sé si les pasa lo mismo, pero en nuestra vida los libros ocupan un lugar importante. Bueno, en realidad ocupan muchos y variopintos lugares: armario, zona de juegos, estantes, cama, coche... Hasta en el baño hay uno que llevo intentando leer unos buenos meses ya –es lo que tiene no ir nunca al baño sola–. A lo largo de un día Jiribilla nos pide que le leamos muuuchas veces, especialmente de noche, antes de irse a dormir.
Como tenemos un montón de libros, pero poco tiempo para escribir sobre todos ellos antes de que alguno despierte, me alegra comunicarles que hoy inauguro una sección del blog. Y me alegro, sí, porque de esta forma me obligaré a retomar esto. Sacaré ratitos para comentar nuestros libros preferidos y no tan preferidos. ¡Tendrán Jiribilla, Jaleo y mis quejas para rato!
No podía ser de otra forma: debo empezar recomendando la colección De la cuna a la luna, de la editorial Kalandraka. Es una obra de Antonio Rubio, con ilustraciones de Óscar Villán. Consta de diez maravillosos títulos: Luna, Pajarita de papel, Cocodrilo, Violín, Cinco, Árbol, Zapato, Veo veo, Miau y Limón. Son libros de cartón, con bordes redondeados, ideales para que los más pequeños puedan manosear sin problema.
Se trata de una colección dirigida a bebés, con ilustraciones sencillas, con poco texto, con rima, con música –sí, sí, con música, la que le pondrás tú cuando los leas, porque estos libros no se leen, se canturrean, no podrás evitarlo–, y que nos invita a interactuar con nuestros peques.
A Jiribilla le gustaba especialmente Violín, que culminaba con un beso de papá. Durante una época le dio tan fuerte por ese libro que yo lo escondía cuando papi no estaba, por miedo a que se decepcionara con el final. También le chiflaba Cinco, pero ese a nosotros no tanto, sobre todo cuando Jiribilla empezó a pesar lo suyo... Es que este termina con un salto.
A Jaleo le gustan Luna, Cocodrilo y, por supuesto, también Violín, porque terminar un cuento con un beso cosquilloso de papá o mamá es lo más, ¿no les parece? Estos son los primeros libros en los que muestra interés Jaleo: su sonrisa de oreja a oreja cuando llega el momento lo dice todo. Y como Jiribilla se los sabe de memoria, se los lee a veces a su hermano. Genial.
En Youtube hay vídeos con estos libros recitados, pero no facilito enlaces directos porque pienso que es mejor y más divertido que cada uno les ponga la música y el ritmo que mejor le parezca.
Si aún no tienen libros para sus bebés, o uno que llame su atención, les animo a intentarlo con estos. Echen un vistazo en la biblioteca, pasen por una librería... ¡No se arrepentirán! Y dejen sus opiniones si les parece. ¡Y la de sus pequeños!
No sé si les pasa lo mismo, pero en nuestra vida los libros ocupan un lugar importante. Bueno, en realidad ocupan muchos y variopintos lugares: armario, zona de juegos, estantes, cama, coche... Hasta en el baño hay uno que llevo intentando leer unos buenos meses ya –es lo que tiene no ir nunca al baño sola–. A lo largo de un día Jiribilla nos pide que le leamos muuuchas veces, especialmente de noche, antes de irse a dormir.
Como tenemos un montón de libros, pero poco tiempo para escribir sobre todos ellos antes de que alguno despierte, me alegra comunicarles que hoy inauguro una sección del blog. Y me alegro, sí, porque de esta forma me obligaré a retomar esto. Sacaré ratitos para comentar nuestros libros preferidos y no tan preferidos. ¡Tendrán Jiribilla, Jaleo y mis quejas para rato!
No podía ser de otra forma: debo empezar recomendando la colección De la cuna a la luna, de la editorial Kalandraka. Es una obra de Antonio Rubio, con ilustraciones de Óscar Villán. Consta de diez maravillosos títulos: Luna, Pajarita de papel, Cocodrilo, Violín, Cinco, Árbol, Zapato, Veo veo, Miau y Limón. Son libros de cartón, con bordes redondeados, ideales para que los más pequeños puedan manosear sin problema.
Se trata de una colección dirigida a bebés, con ilustraciones sencillas, con poco texto, con rima, con música –sí, sí, con música, la que le pondrás tú cuando los leas, porque estos libros no se leen, se canturrean, no podrás evitarlo–, y que nos invita a interactuar con nuestros peques.
A Jiribilla le gustaba especialmente Violín, que culminaba con un beso de papá. Durante una época le dio tan fuerte por ese libro que yo lo escondía cuando papi no estaba, por miedo a que se decepcionara con el final. También le chiflaba Cinco, pero ese a nosotros no tanto, sobre todo cuando Jiribilla empezó a pesar lo suyo... Es que este termina con un salto.
A Jaleo le gustan Luna, Cocodrilo y, por supuesto, también Violín, porque terminar un cuento con un beso cosquilloso de papá o mamá es lo más, ¿no les parece? Estos son los primeros libros en los que muestra interés Jaleo: su sonrisa de oreja a oreja cuando llega el momento lo dice todo. Y como Jiribilla se los sabe de memoria, se los lee a veces a su hermano. Genial.
En Youtube hay vídeos con estos libros recitados, pero no facilito enlaces directos porque pienso que es mejor y más divertido que cada uno les ponga la música y el ritmo que mejor le parezca.
Si aún no tienen libros para sus bebés, o uno que llame su atención, les animo a intentarlo con estos. Echen un vistazo en la biblioteca, pasen por una librería... ¡No se arrepentirán! Y dejen sus opiniones si les parece. ¡Y la de sus pequeños!
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