Aparte del sueño, el tiempo para una misma y la cordura, otra cosa que pierdes al convertirte en madre son amistades. Muchas de esas amigas «de toda la vida» comienzan a alejarse, quién sabe si porque piensan que estás ocupada y no tienes tiempo para ellas, o porque no quieren pasar el rato con la nueva versión de ti, la que incluye compañía continua, la que tiene un bebé. Quizás no es nada de esto y se habrían alejado igualmente porque, oye, la vida es así, cambiante. Cambiamos nosotras y cambian las relaciones, y forzarlas, pues no.
Pero esto, ahora comprendo, no es malo. Es incluso positivo: es selección natural. Y al igual que unas se van porque no estaban destinadas a acompañarte en el maternaje, otras permanecen. Las que menos te esperabas, las que no eran tan íntimas: se hacen más presentes y pasan a formar parte de tu vida cotidiana, sus nombres entran en tu vocabulario habitual, aunque no las veas con la frecuencia que quisieras. Quieren pasar tiempo contigo y con tus criaturas –a veces sospechas que tú sobras–, aunque no tengan hijas o hijos. Desean estar en tu vida y das las gracias cada día por ellas. Porque tan solo con saber que están ahí te mantienes a flote.
Y no solo eso, sino que ¡aparecen otras! Nuevas amigas. Mujeres con las que no habrías cruzado más de dos palabras en la era premadre se hacen indispensables en tu día a día. Se convierten en un faro en tu mar de dudas diario, te sostienen cuando vas a la deriva o directamente se hunden contigo en el naufragio, acompañándote en el ahogo cotidiano.
A veces hasta quedas con ella sin infantes de por medio porque, caray, realmente te comprende y la comprendes, y eso, ese nivel de entendimiento, es un bálsamo brutal. Te das cuenta de que, de haberla conocido hace años, esa amistad no habría cuajado: ella fiestera, tú de tener el pijama a las ocho. Dichosa maternidad.
Estas mujeres son estrellas que iluminan tu «materviaje» para mitigar las sombras.
Qué pena. En mi caso fue más por una cuestión de distancia sobre todo... Pero es cierto que son etapas de la vida diferentes.
ResponderEliminar