Tu hija/o ronda los dos años y demanda el pecho de forma continua, como un recién nacido, incluso más. Si no estás, te busca, y si está contigo no puede estarlo sin tener la teta en la boca. Además, si te niegas a darle el pecho en el momento en que lo requiere se lo toma fatal. Puede gritar, llorar e incluso intentar desnudarte para conseguir su propósito.
¿Es normal? Pues sí, totalmente normal. Se trata de la última gran crisis de la lactancia, y más que una crisis de lactancia per se tiene que ver con el aspecto emocional. ¿Qué ocurre a la edad aproximada de los dos años? Hay quien habla de aDOSlescencia, pues es una etapa centrada en la autoafirmación y en el «no». Comienza a ser independiente, a hacer muchas cosas por sí misma/o; si tratas de ayudarla/o con algo seguramente te espetará un «no» rotundo. Pero precisamente esa novedosa autonomía le causa inseguridad, y por ello busca el mejor refugio posible: el pecho de mamá.
¿Y cuánto dura esta amorosa tortura?, te preguntarás. Pues normalmente unos meses, hasta que la criatura gana seguridad en sí misma y la demanda se normaliza.
¿Qué puedes hacer para pasar este trago lo mejor posible? Yo trato de recordar que es una etapa. No sé si es el tiempo, que difumina las sensaciones, pero pienso que Jiribilla no era tan demandante. Jaleo me tiene consumida. A veces estoy convencida de que no llegaré a los cuatro años y pico de lactancia que he logrado con la mayor, que lo mandaré a paseo..., pero me sonríe con la boca llena de mí y..., eso, una etapa. Y seguimos.
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