De nuevo sobre las SAHMs (Stay At Home Moms): vi hace poco un episodio de The Letdown, una telecomedia australiana sobre las aventuras y desventuras de un grupo de madres. Y digo que vi un episodio porque no sigo esta serie, me cuadró ver este capítulo en concreto. Resulta que se celebra en la guardería el típico día de las profesiones, donde madres y padres van al colegio a hablar de su trabajo. Una SAHM se sorprende por no haberse enterado del evento, a lo que la profesora le dice que el correo no se lo mandaron a todo el mundo –dando a entender que a ella, al no hacer nada interesante, no se lo enviaron–. La madre se marcha... pero regresa.
Y regresa motivada, con una capa de superheroína, captando la atención del público (infantil y adulto) al enumerar los extraordinarios superpoderes que posee:
Y regresa motivada, con una capa de superheroína, captando la atención del público (infantil y adulto) al enumerar los extraordinarios superpoderes que posee:
- Supervelocidad (por ejemplo, a la hora de hacer la compra).
- Hacer desaparecer las cosas (desde un dolor de barriga hasta pesadillas, astillas...).
- Excelente comunicación (puede entender a bebés que todavía no hablan).
- Producir su propia leche.
Al final de la escena, y tras la ronda habitual de preguntas («¿cuánto te pagan?»), un par de niños aseguran que de mayores quieren ser SAHMs. Fabuloso.
Más tarde la llaman por teléfono del colegio; quedaron tan impresionadas con su actuación que quieren ofrecerle un trabajo:
–¿Cómo? ¿Con mis hijos y todos los demás niños?
–¡Claro!
–No... ¡Definitivamente no!
SuperSAHM en The Letdown |
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